La garrapata (2010)
La garrapata bien
agarrada,
y yo tironeo y
tironeo y no puedo sacarla.
Sigo tirando con toda
mi fuerza,
y la perra lanza un
aullido de dolor
y me tira un tarascón
al brazo que no logra conectar.
Al piso cae el ínfimo
bichito,
arrastrando su
carnosa bolsa gris inflada de sangre,
algo chamuscada por
lo apretones.
Ha quedado de
espaldas,
moviendo las patas
apresuradamente en el aire,
y el tamaño de su
bolsa
no la deja girar.
La perra comienza a
olerla,
y de un segundo a otro
pasa su lenguota por el piso
y se come la
garrapata
con bolsa y todo.
¡Qué venganza!
Me pregunto si se
comerá las otras diez que tiene en la cabeza.
Parece una buena
forma de recuperar la propia sangre.
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