viernes, 8 de abril de 2011

Otro sueño

Según Laura

Estoy sentado de espaldas a la barra, en un bar. A mi izquierda está Laura. Está completamente oscuro. Unos flashes eventuales le iluminan la cara como para recordarme a quien tengo a mi lado. Estamos hablando mucho, es sin duda la continuación de la charla que tuvimos la noche anterior. Repetimos todo el tiempo una misma palabra. No la recuerdo con exactitud; pero puede que fuera decadente, decrépito, tedioso, absurdo, fastidioso…no logro recordarla. Entre risas y palabrerío rozamos de a ratos nuestras caras, bocas, narices, transformando la situación en un seducción constante y divertida. A punto estamos de besarnos, pero no ocurre. En un momento dado, Laura me explica lo siguiente:
“…cuando te ponés en pareja, prometés ante una especie de juez, desligarte de todas tus conductas animales e hijas de puta para con la persona con la que te estás comprometiendo. Prometés no celarla, no pegarle ni maltratarla de ninguna forma, estar todo el tiempo demostrándole amor, etcétera. A cambio, el juez, te da a elegir entre varias personas para que descargues toda tu furia humana en alguna o en varias de esas personas. La elección se produce en una especie de ronda de reconocimiento. Uno es el testigo tras la puerta de metal de la celda, y elije a su presa. A ésta, uno podrá hacerle todo lo que quiera, transformarla en su víctima eterna, flagelarla a antojo, y así mantener intacta la relación de compromiso y amor con la persona originalmente elegida…”

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